La Casa Blanca busca asegurar que solo aquellos que cumplan con todos los requisitos de elegibilidad, incluyendo la competencia en inglés y la comprensión del sistema político estadounidense, puedan naturalizarse.

Además del examen, se han endurecido otras medidas del proceso.

Se restablece una investigación de antecedentes más rigurosa, se realizarán revisiones más estrictas a las excepciones por discapacidad y se reanudarán las entrevistas a vecinos y compañeros de trabajo de los solicitantes. También se exige a los extranjeros demostrar que son "personas de buen carácter moral", y los funcionarios tendrán la potestad de ampliar la definición de factores descalificadores, como infracciones de tránsito reiteradas. Estos cambios reflejan la postura de la administración Trump de endurecer las políticas migratorias y de naturalización.