Las consecuencias del cierre se agravan día con día.

El secretario de Energía, Chris Wright, advirtió que la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) ha comenzado a suspender a 1,400 trabajadores, afectando la supervisión del arsenal nuclear del país. Además, la Administración Federal de Aviación ha reportado escasez de controladores aéreos y retrasos en vuelos.

Programas sociales clave como el WIC, que atiende a mujeres y niños, y Head Start enfrentan posibles recortes de financiamiento. La situación se encamina a una fase más delicada, ya que los funcionarios públicos que continúan en labores esenciales enfrentan el primer impago de sus nóminas, lo que promete elevar la presión sobre el Congreso y la Casa Blanca. Si el cierre supera los 21 días, se convertirá en el segundo más largo de la historia del país.