El director de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), Joseph Edlow, defendió el cambio, afirmando que el examen anterior era “simplemente demasiado fácil” y que era necesario hacerlo “un poco más desafiante” para que los aspirantes realmente entiendan lo que significa ser ciudadano. Además de los cambios en el examen, se han implementado otros requisitos, como la evaluación del “buen carácter moral” de los solicitantes y la reimplementación de “verificaciones vecinales” para algunos casos. Organizaciones de derechos civiles han criticado la medida, argumentando que creará inequidades y afectará desproporcionadamente a personas con bajos recursos, alfabetización limitada o solicitantes de edad avanzada. Julia Gelatt, del Instituto de Política Migratoria, advirtió que estos cambios ocurren mientras la administración ha retirado fondos para la educación en inglés y civismo, lo que dificultará la preparación para el examen. La administración de Joe Biden había revertido una versión similar de este examen en 2021, pero ahora la versión más exigente ha sido reinstaurada.