El mandatario estadounidense argumentó que “se ha derramado suficiente sangre” y que ambas partes deberían “detenerse donde están” y “reclamar la victoria”. Según informes, Trump presionó a Zelenski para que cediera la totalidad de la región del Donbás, una de las principales demandas del presidente ruso Vladímir Putin, advirtiéndole que, de lo contrario, su país sería “destruido”. Esta posición fue adoptada por Trump tras una larga conversación telefónica con Putin, en la que acordaron una nueva cumbre en Budapest. Aunque Zelenski describió públicamente la reunión como “positiva” y un paso hacia la paz, reconoció que Trump no garantizó la entrega de los misiles, explicando que Washington “no quiere una escalada”. La insistencia de Trump en una solución diplomática que implica concesiones territoriales ha sido recibida con escepticismo en Europa y ha dejado a Ucrania en una posición diplomática delicada.