UU. realizar transacciones con ellos.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró que “desde que el presidente Gustavo Petro llegó al poder, la producción de cocaína en Colombia se ha disparado a su nivel más alto en décadas”. Estas sanciones se produjeron poco después de que Trump acusara a Petro de ser un “líder del narcotráfico” y anunciara el fin de la ayuda económica a Colombia. La respuesta del presidente colombiano fue contundente, calificando la medida como “toda una paradoja” tras su larga lucha contra el narcotráfico y asegurando que no dará “ni un paso atrás y jamás de rodillas”.

Petro también afirmó no poseer bienes ni cuentas en Estados Unidos que pudieran ser congelados.

Benedetti, por su parte, reaccionó con un desafiante “Gringos go home”, calificando la lucha antidrogas de EE.

UU. como “una farsa armamentista”.

La medida marca un punto de quiebre histórico en las relaciones bilaterales, agravado por acciones previas como la revocación de la visa de Petro y la retirada de Colombia de la lista de naciones que cooperan en la lucha antinarcóticos.