Hegseth comparó a los cárteles con Al Qaeda, afirmando que "estos ataques continuarán, día tras día".
El presidente Trump respaldó la expansión de la ofensiva, declarando que, tras reducir el tráfico marítimo, el siguiente paso será combatir el narcotráfico por tierra.
"Les golpearemos muy duro cuando vengan por tierra, no lo han experimentado aún", amenazó Trump, añadiendo que, aunque informará al Congreso, no considera necesaria una declaración de guerra formal.
"Creo que simplemente vamos a matar a la gente que está introduciendo drogas en nuestro país", sentenció.
La campaña ha provocado una fuerte condena de los presidentes de Colombia y Venezuela, quienes la han calificado de "ejecuciones extrajudiciales" y una violación a la soberanía.
La ONU también ha expresado su preocupación, señalando que las acciones podrían violar el derecho internacional.













