Además del tema comercial, Lula aprovechó la reunión para ofrecerse como mediador en la crisis entre Estados Unidos y Venezuela.

Según el canciller brasileño, Mauro Vieira, Lula planteó que “América Latina y Sudamérica (...) es una región de paz” y se ofreció a ser un “interlocutor” para buscar “soluciones mutuamente aceptables y correctas entre ambos países”. Esta iniciativa surge en un momento de alta tensión regional debido al despliegue militar estadounidense en el Caribe, una acción que Lula había criticado previamente por no respetar la soberanía de las naciones.