El aplazamiento se confirmó después de que Estados Unidos impusiera nuevas y “masivas” sanciones contra las dos mayores compañías petroleras de Rusia, Rosneft y Lukoil, con el objetivo de presionar económicamente al Kremlin.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, justificó las sanciones por la “negativa del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido”. Por su parte, Putin calificó las sanciones como un “acto hostil” pero aseguró que no afectarán significativamente la economía rusa y que su país no cederá a la presión. A pesar del estancamiento, la Casa Blanca no ha descartado por completo una futura cumbre, indicando que Trump “quiere ver acciones, no solo palabras” de Moscú.

Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, celebró las sanciones estadounidenses, calificándolas como un “mensaje fuerte y muy necesario”.