El presidente Donald Trump ha pospuesto indefinidamente una cumbre con su homólogo ruso, Vladímir Putin, que estaba prevista en Budapest, debido a la falta de un compromiso serio por parte de Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania. Trump afirmó que no quiere “una reunión desperdiciada” y que no perderá su tiempo si no hay garantías de que se alcanzará un acuerdo de paz. “Tengo que estar seguro de que vamos a llegar a un acuerdo”, declaró el mandatario estadounidense. Esta decisión marca un enfriamiento en la relación entre ambos líderes, que Trump describió como “muy decepcionante”.
El aplazamiento se confirmó después de que Estados Unidos impusiera nuevas y “masivas” sanciones contra las dos mayores compañías petroleras de Rusia, Rosneft y Lukoil, con el objetivo de presionar económicamente al Kremlin.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, justificó las sanciones por la “negativa del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido”. Por su parte, Putin calificó las sanciones como un “acto hostil” pero aseguró que no afectarán significativamente la economía rusa y que su país no cederá a la presión. A pesar del estancamiento, la Casa Blanca no ha descartado por completo una futura cumbre, indicando que Trump “quiere ver acciones, no solo palabras” de Moscú.
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, celebró las sanciones estadounidenses, calificándolas como un “mensaje fuerte y muy necesario”.
En resumenLa cumbre entre Trump y Putin fue cancelada por la falta de avances hacia un acuerdo de paz en Ucrania, lo que refleja la frustración de Washington. En un giro hacia una postura más dura, Estados Unidos impuso sanciones significativas a las principales petroleras rusas para presionar al Kremlin, aunque ambas partes dejan la puerta abierta a un futuro diálogo si existen condiciones para un resultado tangible.