El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró que la acción busca “mermar la capacidad del Kremlin” para financiar su “maquinaria bélica”. El presidente Donald Trump, quien describió las sanciones como “enormes”, expresó su esperanza de que ejerzan la presión necesaria para que Putin “se vuelva más sensato”. Esta decisión marca un endurecimiento en la postura de Washington, después de que Trump cancelara una cumbre prevista con Putin en Budapest, frustrado por la falta de avances. La Unión Europea también anunció un nuevo paquete de sanciones contra el sector energético ruso.

En respuesta, Putin calificó la medida como un “acto hostil” pero minimizó su impacto, asegurando que la economía rusa es “inmune” a las restricciones occidentales.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aplaudió las sanciones, considerándolas un “mensaje contundente y necesario”.