Esta medida elimina las exenciones por edad y busca crear un sistema biométrico integrado para rastrear a quienes permanecen más tiempo del permitido.

Estas políticas se implementan en un contexto de redadas masivas por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en ciudades como Chicago, donde el uso de gases lacrimógenos ha generado enfrentamientos y denuncias de organizaciones de derechos humanos.