Durante declaraciones a bordo del Air Force One, el mandatario calificó el resultado del examen como “perfecto”, asegurando que había entregado los “resultados completos”. Sin embargo, se negó a especificar el motivo de la prueba o la parte del cuerpo examinada, limitándose a decir: “Podrías preguntarle a los médicos”. La visita al hospital fue descrita por la Casa Blanca como un “chequeo anual de rutina”, aunque resultó inusual por ocurrir solo seis meses después de su examen físico anterior. La falta de detalles ha avivado las conjeturas, especialmente después de que en los últimos meses se le han observado moretones en la mano derecha y se informara en julio que padece insuficiencia venosa crónica, una condición que le provoca hinchazón en las piernas. La Casa Blanca atribuyó los moretones al uso de aspirina como tratamiento preventivo cardiovascular.

A pesar de las preguntas, Trump ha insistido en proyectar una imagen de vitalidad, afirmando que sus informes médicos son “algunos de los mejores” que sus doctores han visto para su edad.