Nos está yendo muy bien con esa extensión.
Obtenemos muchos aranceles.
Ellos están pagando mucho dinero”.
Sus comentarios llegaron después de que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunciara que había conversado con Trump y que se había disipado el riesgo inmediato de la imposición arancelaria, acordando que los equipos negociadores seguirían trabajando para resolver 54 barreras comerciales pendientes. Trump, sin embargo, evitó especificar la duración de esta prórroga, pero aprovechó para destacar los efectos de su política comercial, afirmando que las tarifas existentes estaban incentivando a las empresas automotrices a regresar a Estados Unidos. “Muchas empresas automotrices están trasladándose de regreso a Estados Unidos.
Perdimos 57% de la manufactura automotriz hace 30 años, y están regresando por los aranceles”, aseguró. Aunque la pausa arancelaria representa un respiro para la economía mexicana, la incertidumbre sobre la duración del periodo de gracia y las condiciones finales de la negociación persiste, manteniendo la relación comercial en un estado de fragilidad.













