La drástica medida fue una represalia por una campaña publicitaria de la provincia de Ontario que criticaba la política arancelaria de Estados Unidos utilizando un discurso del expresidente Ronald Reagan. La controversia estalló cuando el anuncio, que advertía sobre los peligros del proteccionismo, se transmitió durante la Serie Mundial de Béisbol, alcanzando a una gran audiencia estadounidense. Trump calificó el spot de “fraudulento” y un “acto hostil”, acusando a Canadá de intentar influir ilegalmente en la Corte Suprema de EE. UU., que está por revisar la legalidad de sus aranceles.

“Basándome en su atroz comportamiento, TODAS LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES CON CANADÁ QUEDAN TERMINADAS”, escribió Trump en su red social.

Aunque el primer ministro de Ontario, Doug Ford, anunció que retiraría la campaña, la decisión de Trump se mantuvo firme. El Senado de EE. UU., en un gesto de desaprobación, votó para revocar los aranceles a Canadá, con el apoyo de algunos republicanos. Sin embargo, la resolución tiene pocas probabilidades de prosperar en la Cámara de Representantes. La ruptura de negociaciones y la imposición de nuevos aranceles representan un grave revés para la relación entre los dos socios del T-MEC, afectando sectores clave como el acero, el aluminio y la industria automotriz, y generando incertidumbre en la economía norteamericana.