Sin embargo, la ONU corrigió al mandatario, recordando que Rusia no realiza pruebas nucleares desde 1990 y China desde 1996. Estados Unidos no ha realizado una prueba con explosivos nucleares desde 1992.

El vicepresidente J.D. Vance defendió la medida, argumentando que es necesario para garantizar que el arsenal "funcione correctamente". Críticos señalan que la decisión viola el espíritu del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT) y podría incentivar a otras potencias a reanudar sus propios programas. Posteriormente, Trump matizó su postura, afirmando que su objetivo final es la "desnuclearización" y que busca incluir a China y Rusia en futuros acuerdos de control de armas.