Como parte del pacto, Japón se comprometió a realizar inversiones por 550,000 millones de dólares en Estados Unidos. Trump también anunció una inversión de 10,000 millones de dólares por parte de Toyota para construir nuevas plantas en EE.

UU., aunque la empresa posteriormente desmintió haber hecho un anuncio concreto al respecto.

En Corea del Sur, además de recibir una réplica de una corona real del siglo VII, Trump anunció un acuerdo comercial que incluye una inversión de 350,000 millones de dólares y la construcción de un submarino de propulsión nuclear con apoyo estadounidense. La gira es descrita como una "subasta geopolítica" donde Trump vende "protección" y "estabilidad al mejor postor", utilizando la amenaza de aranceles como herramienta de negociación para repatriar inversiones y asegurar el acceso condicionado al mercado estadounidense.