Sin embargo, Washington no ha presentado pruebas públicas que vinculen a todas las víctimas con actividades criminales.

La estrategia ha provocado una fuerte reacción internacional.

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, declaró que los ataques y su costo humano son "inaceptables". El presidente de Colombia, Gustavo Petro, los ha tachado de "agresión", mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha solicitado reuniones con el Comando Sur y el Departamento de Estado para revisar los protocolos de cooperación, insistiendo en que se debe "detener, no atacar" a las embarcaciones. A pesar del rechazo, la Casa Blanca ha difundido videos de los bombardeos y ha advertido que las operaciones continuarán.