Además, China suspenderá por un año sus restricciones a la exportación de tierras raras, minerales estratégicos para la industria tecnológica, y reanudará la compra de “grandes, enormes cantidades de soya” y otros productos agrícolas estadounidenses.

Ambos países también acordaron suspender las tasas portuarias mutuas y Estados Unidos pausará una norma que ampliaba las restricciones de acceso a tecnología avanzada para empresas chinas.

Trump elogió a su homólogo, calificándolo de “gran líder” y “negociador muy duro”, y anunció que visitará China en abril. A pesar del tono positivo, analistas señalan que el acuerdo representa en gran medida un regreso a treguas anteriores y que China logró importantes concesiones en materia de controles tecnológicos sin ceder en temas fundamentales como Taiwán, que no fue discutido.