Esta parálisis ha dejado a más de 730,000 trabajadores federales en labores esenciales sin recibir su salario, lo que ha generado una creciente tensión. Uno de los sectores más afectados es el del transporte aéreo, donde la escasez de controladores ha provocado retrasos masivos y suspensiones temporales de vuelos en aeropuertos clave como el JFK y LaGuardia en Nueva York. La situación evoca el cierre de 2018-2019, cuando la paralización del tráfico aéreo forzó a los legisladores a llegar a un acuerdo. En un intento por romper el punto muerto, el presidente Trump instó a los republicanos a utilizar la “opción nuclear” para eliminar el obstruccionismo (filibuster), una táctica que permite a la minoría bloquear legislación. Sin embargo, su propuesta fue rápidamente rechazada por líderes de su propio partido, como John Thune, quienes temen que la medida se vuelva en su contra en el futuro. Mientras tanto, el impacto social se agrava, con la amenaza de suspender programas de asistencia alimentaria (SNAP) que benefician a más de 40 millones de personas.