A cambio, China acordó varias concesiones clave: suspender por un año sus controles de exportación recientemente impuestos sobre minerales de tierras raras, reanudar las compras a gran escala de productos agrícolas estadounidenses, especialmente soja, y fortalecer los controles sobre los precursores del fentanilo.

Trump ha cambiado públicamente su tono, declarando en una entrevista que “la cooperación con China aporta más beneficios que la confrontación”.

Destacó su “excelente relación” con Xi Jinping.

Más allá del comercio, Trump también afirmó haber recibido garantías de Xi de que Pekín no tomaría acciones militares contra Taiwán mientras él esté en el cargo, una declaración que subraya la “ambigüedad estratégica” de la política estadounidense pero sugiere un nuevo nivel de diplomacia personal entre los líderes.