La política arancelaria del presidente Donald Trump, un pilar de su agenda económica “Estados Unidos Primero”, enfrenta un escrutinio decisivo en la Suprema Corte de Justicia. El máximo tribunal analizará la legalidad de los aranceles generalizados que Trump implementó este año contra importaciones de diversos países, incluido México, bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencias Internacionales (IEEPA) de 1977.\n\nLa controversia legal escaló a la Suprema Corte después de que tribunales inferiores fallaran en contra de la administración, determinando que el presidente excedió su autoridad al imponer dichos gravámenes. El caso tiene consecuencias monumentales, no solo para el orden económico global, sino también para la separación de poderes en Estados Unidos. Stephanie Connor, abogada experta, señaló que “la forma en que la Suprema Corte decida este asunto podrían moldear no solo los aranceles de Trump, sino también la influencia de EU en una economía global cada vez más competitiva”. El resultado es incierto, a pesar de la mayoría conservadora en la Corte.
Las empresas, desde pequeños importadores hasta gigantes minoristas como Walmart y Target, han sido las más afectadas, enfrentando costos adicionales sustanciales y una gran incertidumbre.
Victor Owen Schwartz, propietario de un negocio de importación de vinos que demandó a Trump, describió el impacto como estrangulamiento financiero y problemas de flujo de caja. Si la Corte falla en contra de Trump, miles de empresas podrían recibir reembolsos por los aranceles ya pagados.
Sin embargo, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha declarado que, incluso con un fallo adverso, la administración tiene otras facultades legales, como la Sección 232 y la Sección 301, para volver a imponer aranceles, afirmando que estos “llegaron para quedarse”.
En resumenLa legalidad de la agresiva política arancelaria del presidente Trump está siendo examinada por la Suprema Corte, con implicaciones significativas para el comercio global y el poder ejecutivo. Mientras las empresas esperan un posible reembolso de miles de millones de dólares, la administración ya prepara planes alternativos para mantener su postura proteccionista, indicando que los aranceles, de una forma u otra, persistirán.