Las empresas, desde pequeños importadores hasta gigantes minoristas como Walmart y Target, han sido las más afectadas, enfrentando costos adicionales sustanciales y una gran incertidumbre.

Victor Owen Schwartz, propietario de un negocio de importación de vinos que demandó a Trump, describió el impacto como estrangulamiento financiero y problemas de flujo de caja. Si la Corte falla en contra de Trump, miles de empresas podrían recibir reembolsos por los aranceles ya pagados.

Sin embargo, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha declarado que, incluso con un fallo adverso, la administración tiene otras facultades legales, como la Sección 232 y la Sección 301, para volver a imponer aranceles, afirmando que estos “llegaron para quedarse”.