La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha rechazado categóricamente cualquier intervención militar.

En su conferencia matutina, afirmó: “Eso no va a ocurrir.

Tenemos un entendimiento en seguridad (...) que es el respeto a nuestra soberanía”.

Por su parte, la Casa Blanca ha mantenido una postura ambigua; la vocera Karoline Leavitt condenó la violencia política en México tras el asesinato del alcalde de Uruapan, pero evitó confirmar los planes militares, afirmando que “continuamente estamos presionando a México para que haga más”.