Las consecuencias del cierre han sido devastadoras.

El costo económico se estima entre 10,000 y 30,000 millones de dólares semanales. Uno de los sectores más afectados ha sido la aviación, con el secretario de Transporte, Sean Duffy, anunciando la cancelación de miles de vuelos a partir del viernes debido a la escasez de unos 2,000 controladores aéreos, quienes se han visto obligados a trabajar sin sueldo. La crisis también ha golpeado a los programas sociales, destacando la suspensión de los cupones de alimentos del programa SNAP, que afecta a 42 millones de personas.

El propio Trump reconoció el impacto político del cierre, argumentando que fue un «factor importante» en las derrotas republicanas en las elecciones locales.