El presidente culpó a los «jueces liberales» designados por administraciones anteriores de frenar sus operativos. Las acciones de ICE se han intensificado en ciudades «santuario» como Chicago, donde el jefe de la Patrulla Fronteriza, Gregory Bovino, defendió las redadas en helicóptero y el uso de agentes químicos como medidas «apropiadas y necesarias». Estas operaciones han provocado un récord histórico de detenciones, con más de 61,000 migrantes bajo custodia del ICE a finales de agosto, y se estima que la cifra podría duplicarse. Una encuesta de UnidosUS reveló que el 64% de los votantes latinos desaprueba la gestión de Trump y el 41% teme un arresto migratorio, incluso teniendo estatus legal. A pesar de las críticas y las demandas judiciales, Trump ha sugerido que podría invocar la Ley de Insurrección para desplegar militares y aumentar aún más las deportaciones.