Desde principios de septiembre de 2025, las fuerzas armadas estadounidenses han ejecutado al menos 17 ataques letales que han causado la muerte de más de 67 personas. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, ha sido el portavoz de estas operaciones, publicando videos de los ataques y advirtiendo: “A todos los narcoterroristas que amenazan nuestra patria: si quieren seguir vivos, dejen de traficar drogas. Si continúan traficando drogas letales, los mataremos”. La administración Trump ha informado al Congreso que Estados Unidos está en un “conflicto armado” con los cárteles latinoamericanos, a los que describe como “grupos terroristas” para justificar legalmente los bombardeos.

El gobierno presentó una lista de 24 cárteles y grupos criminales como objetivos autorizados en altamar.

Sin embargo, esta ofensiva ha sido calificada por la ONU, Cuba, Venezuela y Colombia como “ejecuciones extrajudiciales” y una violación del derecho internacional, al realizarse sin debido proceso y fuera de cualquier mandato legal.

A pesar de la insistencia de Trump en que los ataques se dirigen a embarcaciones con fentanilo, funcionarios habrían reconocido ante legisladores que los buques transportaban principalmente cocaína. La controversia ha escalado a tal punto que ha enturbiado la próxima cumbre de la CELAC, donde varios líderes latinoamericanos planean denunciar las acciones de Washington.