Según un portavoz del Departamento de Estado, casi la mitad de las revocaciones están relacionadas con delitos cometidos por los titulares de las visas.

Específicamente, 16,000 cancelaciones se debieron a conducir bajo los efectos del alcohol, 12,000 por agresión y 8,000 por robo.

Además de los antecedentes penales, la administración ha implementado un criterio de revisión más estricto que incluye el escrutinio de las publicaciones en redes sociales.

Se han denegado o cancelado visas por contenidos considerados “antisemitas” o críticos hacia Israel. Por ejemplo, se revocaron los visados de al menos seis personas por comentarios sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. Estas acciones forman parte de un plan más amplio de Trump para reducir la migración, que también ha implicado la restricción de programas humanitarios como el Estatus de Protección Temporal (TPS) y el parole humanitario, de los cuales dependen miles de migrantes latinoamericanos para residir legalmente en el país.