El presidente Trump ordenó al Departamento de Guerra iniciar los preparativos para realizar pruebas nucleares “en igualdad de condiciones” que Rusia y China, argumentando que su país posee el arsenal más moderno del mundo. Esta decisión se produjo después de que Rusia realizara maniobras con sus fuerzas nucleares.

En respuesta, Vladímir Putin encargó a su gobierno un informe sobre la conveniencia de reanudar sus propios ensayos.

Durante una reunión del Consejo de Seguridad ruso, Putin afirmó que Moscú mantendrá su moratoria mientras EE.

UU. haga lo mismo, pero advirtió: “si Estados Unidos o cualquier otro Estado participante en el correspondiente acuerdo realizan tales pruebas, entonces Rusia también tendrá que dar los pasos adecuados de respuesta”.

El ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, propuso comenzar “inmediatamente” los preparativos.

Mientras tanto, Estados Unidos realizó una prueba con un misil balístico intercontinental Minuteman III desarmado, calificada como “rutinaria” pero que se interpreta como una demostración de fuerza.

El director del OIEA, Rafael Grossi, expresó su alarma, declarando que “ensayo por ensayo, misil por misil, en todo caso, no es una buena noticia”.