En un anuncio a través de sus redes sociales, Trump afirmó que estas compañías, en su mayoría de propiedad extranjera, estarían incurriendo en “colusión ilícita, fijación de precios y manipulación de precios”. El presidente escribió: “Siempre protegeremos a nuestros rancheros estadounidenses, y se les está culpando por lo que están haciendo los empacadores de carne... quienes inflan artificialmente los precios y ponen en peligro la seguridad del suministro de alimentos de nuestra nación”. Aunque no ofreció pruebas específicas ni nombró a las empresas bajo investigación, la medida se produce en un contexto de precios récord de la carne de res, atribuidos en parte a la sequía y a los aranceles impuestos por su propia administración a países exportadores como Brasil. La concentración en la industria cárnica, dominada por cuatro grandes empresas, ha sido una preocupación bipartidista. El anuncio también se da en un momento de tensiones comerciales con México, donde la frontera para la importación de ganado mexicano permanece cerrada debido a un brote de gusano barrenador, una situación que ha generado pérdidas millonarias para los ganaderos del norte de México.