El presidente del tribunal, John Roberts, señaló que los aranceles son en esencia “impuestos a los estadounidenses” y que otorgar esa facultad al presidente le conferiría una “gran autoridad” no prevista en la ley.

Por su parte, el juez Neil Gorsuch advirtió sobre el riesgo de una “acumulación gradual pero continua de poder en el poder ejecutivo”.

La defensa del gobierno, a cargo del procurador D. John Sauer, argumentó que los aranceles son una herramienta de regulación del comercio exterior necesaria para emergencias nacionales.

El presidente Trump ha calificado un posible fallo en su contra como “catastrófico” y una cuestión de “vida o muerte” para el país, aunque recientemente admitió que los consumidores estadounidenses podrían estar pagando “algo” por los aranceles, un cambio en su retórica habitual. Si la Corte anula los aranceles, el gobierno podría verse obligado a reembolsar hasta 100 mil millones de dólares ya recaudados, lo que representaría un golpe significativo para su agenda económica.