Paralelamente, se informó que más de 80,000 visas han sido revocadas en lo que va del año por diversos motivos.

Las nuevas instrucciones del Departamento de Estado se enfocan en solicitantes con padecimientos como obesidad, diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares y trastornos neurológicos o mentales.

La justificación es que estas personas podrían representar una carga económica para el sistema de salud estadounidense al requerir tratamientos costosos o asistencia pública.

A los solicitantes se les exigirá evidencia de ingresos estables, seguro médico privado o ahorros suficientes para cubrir su atención médica.

Esta política revive una medida del primer mandato de Trump que fue ampliamente impugnada en tribunales y ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos como discriminatoria. Por otro lado, el gobierno estadounidense confirmó la cancelación de más de 80,000 visas en 2025, de las cuales al menos 8,000 correspondían a estudiantes. Según el Departamento de Estado, la mitad de estas revocaciones se debieron a delitos como agresión, robo y conducir bajo los efectos del alcohol. Además, se ha intensificado el escrutinio de las redes sociales de los solicitantes, cancelando permisos por publicaciones consideradas “antisemitas” o críticas hacia Israel.