Las medidas buscan reanudar los flujos comerciales y estabilizar las relaciones económicas bilaterales.

El presidente Trump firmó una orden ejecutiva para reducir del 20% al 10% los aranceles adicionales sobre productos chinos, una medida que entrará en vigor el 10 de noviembre. Estos gravámenes habían sido impuestos como represalia por el presunto papel de China en el tráfico de fentanilo. Como contraparte, China anunció que suspenderá durante un año la aplicación de un arancel adicional del 24% sobre bienes estadounidenses y levantará restricciones a la exportación de tecnologías clave, como las “tierras raras”, materiales cruciales para la industria tecnológica y de defensa. Este acuerdo es resultado directo de la cumbre en la que Pekín se comprometió a detener el flujo de precursores químicos para la fabricación de opioides sintéticos. Trump calificó a Xi como un “negociador muy duro” y destacó la importancia del acuerdo para la seguridad nacional, asegurando que su gobierno supervisará de cerca el cumplimiento por parte de China. La tregua también incluye una suspensión más amplia de los aranceles recíprocos más severos hasta noviembre de 2026, ofreciendo un respiro a los mercados globales afectados por la incertidumbre.