Cientos de miles de funcionarios federales quedaron sin salario, y muchos recurrieron a donaciones de comida para subsistir. Además, se interrumpió el suministro de cupones de alimentos del programa SNAP, afectando a 42 millones de estadounidenses. El conflicto político se centró en la exigencia de los demócratas de extender los subsidios de la Ley de Cuidado Asequible (Obamacare), a lo que los republicanos se oponían. El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, acusó al presidente Donald Trump de tomar a los estadounidenses como "rehenes". Tras semanas de estancamiento, un grupo de senadores de ambos partidos negoció un acuerdo que fue aprobado en el Senado. El pacto permitió financiar temporalmente al gobierno hasta el 30 de enero, garantizando el pago retroactivo a los funcionarios. Ante el avance, Trump declaró: “Parece que estamos más cerca de un acuerdo para poner fin al cierre”.