Esta campaña ha resultado en decenas de muertes y ha generado una fuerte tensión diplomática con naciones latinoamericanas, que denuncian una violación a su soberanía.

Desde septiembre de 2025, las fuerzas armadas estadounidenses han realizado al menos 17 ataques contra embarcaciones, resultando en la muerte de más de 69 personas, a quienes Washington califica de "narcoterroristas". La operación incluye buques de guerra, un submarino y el portaaviones más grande de la Marina, el USS Gerald R. Ford. La justificación oficial se basa en que Estados Unidos se encuentra en un "conflicto armado" con los cárteles de la droga. Sin embargo, la ONU ha condenado los ataques, calificándolos como posibles "ejecuciones extrajudiciales" que violan el derecho internacional. La ofensiva ha sido criticada por líderes de la región; el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó a EE.UU. de usar la lucha antidrogas como pretexto para un "cambio de régimen", mientras que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió directamente a Trump: "el jaguar va a despertar si el águila dorada se atreve a atacar el cóndor".

Rusia también ha expresado su "firme apoyo" a Venezuela frente a las amenazas.

A pesar de las críticas, en el Senado de EE.UU. fracasó una resolución demócrata que buscaba limitar la autoridad de Trump para atacar Venezuela sin la aprobación del Congreso.