"Realmente odio hacerlo, pero no tengo opción", declaró.

Poco después del anuncio, el Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea de EE.UU. realizó un lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental Minuteman III desarmado desde California. La situación generó confusión, ya que el secretario de Energía, Chris Wright, aclaró que las pruebas ordenadas no incluirían explosiones nucleares, sino "pruebas de sistema". En respuesta, el presidente Putin encargó a su gobierno un informe sobre la necesidad de reanudar sus propios ensayos nucleares. Durante una reunión del Consejo de Seguridad ruso, Putin subrayó que Rusia mantendría su moratoria mientras EE.UU. hiciera lo mismo, pero advirtió que tomaría "medidas adecuadas de respuesta" si Washington realizaba pruebas. Este intercambio de amenazas se produce en un contexto de deterioro de las relaciones y con el tratado de desarme START III a punto de expirar, lo que ha generado temores sobre una nueva carrera armamentista.