Como resultado, Pekín anunció la suspensión de aranceles adicionales y controles a la exportación de materiales estratégicos, incluyendo las tierras raras.

El acercamiento se materializó después del encuentro entre ambos líderes en Corea del Sur el 30 de octubre. En un gesto de buena voluntad, China anunció la suspensión por un año de un arancel adicional del 24% sobre productos estadounidenses, así como la eliminación de gravámenes extra de hasta el 15% sobre importaciones de pollo, trigo, maíz y algodón. Adicionalmente, Pekín suspendió los controles a la exportación de materiales críticos como tierras raras, galio, germanio y componentes para baterías de litio, que habían sido impuestos en octubre y habían provocado amenazas de represalias por parte de Washington.

Esta medida fue descrita como una "tregua comercial" y una respuesta a los "consensos alcanzados" en la cumbre. Por su parte, Estados Unidos también contribuyó a la desescalada al anunciar una reducción de los aranceles sobre productos chinos del 20% al 10%.

Estas acciones recíprocas marcan una pausa en la guerra comercial que ha afectado a la economía global.