Según el canciller, tras una conversación con su homólogo estadounidense, Mario Rubio, “los estadounidenses se negaron a dar ese paso” para organizar una reunión preparatoria entre representantes de exteriores y defensa. En su reaparición, Lavrov declaró: “Estamos dispuestos a hablar con nuestros colegas estadounidenses para reanudar el trabajo preparatorio”.

La posible cumbre se perfila como un intento de abordar temas críticos como el control de armas y la seguridad internacional. Lavrov también expresó la “seria inquietud” de Moscú por la reciente orden de Trump de reanudar los ensayos nucleares, calificándola como un “desvío peligroso” de los principios de no proliferación. A pesar de ello, ofreció dialogar sobre las sospechas de Washington acerca de supuestas pruebas nucleares secretas en Rusia, negando que Putin haya ordenado reanudar las explosiones atómicas y precisando que solo se encomendó analizar la situación. La diplomacia rusa insiste en que “el diálogo no debe romperse, incluso en tiempos difíciles”, buscando un acercamiento sobre bases de “igualdad y respeto mutuo”.