El acuerdo bipartidista fue aprobado por ambas cámaras del Congreso tras semanas de intensas negociaciones y crecientes consecuencias económicas. El cierre, que comenzó el 1 de octubre, se originó por profundos desacuerdos entre republicanos y demócratas sobre la extensión de los subsidios del programa de atención médica conocido como Obamacare. La parálisis afectó a más de 1.3 millones de trabajadores federales que se quedaron sin salario y provocó la cancelación de miles de vuelos, generando un caos significativo en los aeropuertos del país. La presión económica y social finalmente forzó un compromiso en el Congreso. El Senado aprobó la medida con una votación de 60 a 40, en la que ocho demócratas rompieron filas para unirse a la mayoría republicana. Posteriormente, la Cámara de Representantes ratificó el proyecto con 222 votos a favor y 209 en contra, con el apoyo de seis demócratas. El presidente Trump, quien calificó el cierre como una "extorsión" demócrata, firmó la ley en el Despacho Oval, declarando que era "un honor firmar este increíble proyecto de ley y lograr que nuestro país vuelva a funcionar". A pesar del acuerdo, Trump reiteró su intención de reformar la legislación sanitaria en el futuro. La ley firmada garantiza el financiamiento de la mayoría de las agencias federales solo de manera temporal, hasta el 30 de enero del próximo año, lo que anticipa una nueva batalla presupuestaria en los próximos meses. El acuerdo contempla fondos adicionales para la Patrulla Fronteriza, servicios para veteranos y programas de nutrición del Departamento de Agricultura.