Quiero que Siria se convierta en un país muy exitoso, y creo que Al Sharaa puede lograrlo". Durante la visita, se acordó que Siria se unirá a la coalición internacional contra el Estado Islámico y reabrirá su embajada en Washington para coordinar esfuerzos antiterroristas y económicos. Como gesto de buena voluntad, Estados Unidos anunció una nueva pausa en las sanciones impuestas bajo la Ley César, aunque su levantamiento definitivo requiere la aprobación del Congreso. Al Sharaa, un excombatiente rebelde que lideró la coalición que derrocó a Assad, solicitó la eliminación permanente de dichas sanciones. La visita también incluyó un momento distendido que se hizo viral, cuando Trump bromeó con Al Sharaa sobre el número de esposas que podría tener, a lo que el líder sirio respondió riendo: "¡Una!". Este encuentro simboliza un cambio drástico en la política exterior estadounidense hacia Siria, presentando a Al Sharaa, anteriormente en la lista de terroristas de Washington, como "un líder fuerte" y un socio potencial para la estabilidad en Medio Oriente.