Estas acciones se enmarcan en la recién anunciada "Operación Lanza del Sur", una misión encabezada por el Comando Sur para, según Washington, expulsar a los "narcoterroristas" del hemisferio. La tensión escaló con la filtración de una sesión informativa clasificada en la que altos oficiales militares presentaron a Donald Trump opciones para una acción bélica "en los próximos días". Esto se suma a la llegada al sur del Caribe del USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande y sofisticado de la flota estadounidense, acompañado de su grupo de ataque. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, oficializó la nueva fase de la ofensiva al anunciar la "Operación Lanza del Sur", declarando en redes sociales: "El presidente Trump ordenó actuar, y el Departamento de Guerra está cumpliendo". La justificación oficial se centra en la lucha contra el narcotráfico, una narrativa reforzada por el secretario de Estado, Marco Rubio, quien calificó al gobierno de Nicolás Maduro como una "organización de narcotráfico que se ha adueñado del poder". Esta campaña incluye ataques sumarios a embarcaciones sospechosas en aguas internacionales, que han resultado en la muerte de al menos 76 personas. En respuesta, el gobierno venezolano ha calificado el despliegue como una amenaza de agresión, ha movilizado a 200,000 efectivos militares y ha acudido a la ONU para exigir acciones que detengan lo que considera un intento de invasión. El canciller venezolano, Yván Gil, afirmó que la situación "amerita una acción política y judicial" internacional.