Afirmó que Washington está dispuesto a proveer ayuda con equipo, entrenamiento e inteligencia si el gobierno mexicano la solicita.
En declaraciones a la prensa durante la cumbre del G7 en Canadá, Rubio abordó la situación de seguridad en México tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. El secretario de Estado fue enfático al señalar que la administración Trump no tomará "medidas unilaterales ni enviar fuerzas estadounidenses a México", pero condicionó cualquier asistencia a una petición formal: "Tienen que pedirla".
A pesar de esta postura, Rubio mantuvo un discurso duro contra las organizaciones criminales, defendiendo la designación de los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras por parte del presidente Trump.
"El hecho de que no estén impulsadas por una ideología no significa que no sean terroristas", argumentó, y añadió que en muchas zonas "son más poderosos que las fuerzas del orden locales o incluso las fuerzas nacionales".
En un tono más conciliador, Rubio elogió la cooperación actual entre ambas administraciones, calificándola como "histórica" y "la más alta de la historia", especialmente en la lucha contra el tráfico de fentanilo. Aseguró que "no tenemos quejas sobre el nivel de cooperación que hemos tenido de México" y destacó que se han logrado "avances increíbles" en los primeros diez meses del año, reconociendo que es un problema de larga data cuyos resultados tomarán tiempo en ser visibles.













