El acuerdo, resultado de una cumbre entre el presidente Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping en Corea del Sur, implica que China designará y controlará estrictamente 13 precursores químicos clave y siete sustancias subsidiarias. Según Patel, quien viajó a Pekín para discutir los detalles, esta acción prohíbe el uso de estas sustancias por parte de "organizaciones de narcotráfico mexicanas ni por otros grupos criminales en todo el mundo". El objetivo es cortar la cadena de suministro que permite a cárteles como el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación (CJNG) fabricar el potente opioide sintético que causa decenas de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos anualmente. Esta cooperación representa un deshielo en las relaciones, que se habían tensado por la guerra comercial y los aranceles impuestos por Trump, quien acusaba a China de no hacer lo suficiente para frenar el flujo de estos químicos.

Como parte del nuevo entendimiento, Trump acordó reducir los aranceles a productos chinos del 20% al 10%.

La nueva regulación china exige licencias de exportación especiales para el envío de estos precursores a México, Estados Unidos y Canadá, ampliando un sistema que antes se aplicaba principalmente a países del sudeste asiático.