La orden elimina o reduce los aranceles impuestos previamente a productos como carne de res, tomates, café, plátanos y diversas frutas tropicales como aguacates y piñas, así como especias.

Según la Casa Blanca, el objetivo es "aliviar la presión sobre los hogares y contener el incremento de precios en los supermercados". Esta decisión representa un cambio de rumbo respecto a la postura proteccionista que Trump ha defendido, reconociendo indirectamente el impacto de sus propias políticas arancelarias en el bolsillo de los votantes. El movimiento se produce tras una serie de victorias demócratas en elecciones estatales en Virginia, Nueva Jersey y Nueva York, donde la asequibilidad fue un asunto clave. Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, declaró que la administración abordaría "de inmediato" el problema de la pérdida de poder adquisitivo. La medida también se alinea con nuevos acuerdos comerciales marco anunciados con Argentina, Ecuador, Guatemala y El Salvador, que se beneficiarán de la suspensión de aranceles recíprocos del 10% o 15% sobre sus exportaciones agrícolas. Aunque Trump ha responsabilizado a la administración anterior de Joe Biden por el alza de precios, esta acción supone un reconocimiento tácito de que sus aranceles contribuyeron al aumento del costo de la canasta básica.