Estos resultados son vistos como un indicador del ambiente político de cara a las cruciales elecciones intermedias del próximo año y sugieren que el electorado está cansado de la "polarización" y el "discurso incendiario" que caracteriza a Trump. La Casa Blanca, por su parte, ha respondido a estos reveses proclamando la "semana anticomunista", en un intento de reafirmar su narrativa ideológica.