Este plan, inspirado en el modelo utilizado para el alto el fuego en Gaza, estipula que Rusia obtendría el control de facto sobre la totalidad de la región del Donbás, aunque esta sería designada como una zona desmilitarizada donde Moscú no podría desplegar tropas. Como contraparte, el Kremlin debería devolver a Ucrania las zonas que ocupa actualmente en las regiones de Jersón y Zaporiyia. Las negociaciones estarían siendo conducidas por Steve Witkoff, representante especial de Trump para Rusia y Oriente Medio, y el emisario del Kremlin, Kiril Dmitriev, con la participación de Qatar y Turquía como mediadores. Esta propuesta surge en un momento en que los esfuerzos de Trump por terminar la guerra no han fructificado y su postura sobre el conflicto ha variado. La propuesta de ceder territorio se alinea con las demandas de máximos de Rusia y choca frontalmente con la posición del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien ha reiterado en múltiples ocasiones que no cederá ninguna porción del territorio de su país en eventuales negociaciones de paz. A pesar de su firmeza, Zelenski ha manifestado que sigue abierto a negociar “en cualquier formato si tienen visos de arrojar un resultado” y si Kiev no es excluida del diálogo.

Una fuente ucraniana citada por AFP añadió que el borrador también exigiría a Ucrania reducir su ejército a 400,000 efectivos y renunciar a su armamento de largo alcance.