A cambio, Washington ofrecería "garantías de seguridad" a Ucrania para prevenir futuras agresiones. La Casa Blanca confirmó que Trump apoya el plan, calificándolo de "bueno tanto para Rusia como para Ucrania".

Sin embargo, líderes europeos han criticado la iniciativa por haber sido desarrollada sin su consulta.

La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, afirmó que "para que cualquier plan funcione, necesita a los ucranianos y a los europeos a bordo". Zelensky, por su parte, ha mantenido una postura medida; aunque su oficina declaró que están listos para un "trabajo constructivo", la embajadora adjunta de Ucrania ante la ONU, Khrystyna Hayovyshyn, recalcó las "líneas rojas" de su país, afirmando: "Nuestra tierra no está en venta".