“Me sentí muy arropada, no pensé porque si pienso no lo hago. No me dejó ponerme nada, me dejó mis pulseras y mis pestañas postizas y se lo agradezco.
Fue atreverme a ver qué dice la gente pero esta soy”, declaró la actriz. Admitió que en el pasado jamás se habría atrevido, pero que el cambio en la sociedad y la madurez de su hijo Nicolás le dieron la confianza para hacerlo. “Creo que de un tiempo a la fecha el mundo cambió, se abrieron muchas cosas nuevas y hay que caminar y crecer con lo que está pasando.
No te puedes quedar atrapada en el pasado”, añadió.
Su acto fue interpretado como un mensaje de autenticidad y una forma de romper con los tabúes asociados a la edad y al cuerpo femenino. La experiencia, aunque nerviosa —“Yo sudaba, estaba sin ropa, sudaba de nervios”—, fue para ella un paso para romper con su propia mentalidad “chapada a la antigua” y adaptarse a los nuevos tiempos, demostrando que la seguridad y la belleza no tienen fecha de caducidad.













