Federline expresa su temor de que la situación se precipita “hacia algo irreversible” y afirma que el movimiento #FreeBritney, aunque bien intencionado, ha provocado que los profesionales teman intervenir.

Por ello, hace un llamado a un nuevo movimiento: “Salven a Britney.

Porque ya no se trata de libertad. Se trata de supervivencia”. Un portavoz de Spears declinó hacer comentarios sobre las acusaciones del libro, pero un representante declaró a Entertainment Weekly que la cantante está decepcionada de que “una vez más se intente lucrar con su nombre e historia personal”. En sus propias memorias, Spears ha negado tener problemas significativos de abuso de sustancias y calificó la batalla por la custodia con Federline como “traumática”. Las revelaciones de Federline han intensificado el escrutinio sobre Spears, especialmente en el contexto de sus recientes y controvertidas publicaciones en redes sociales.