“Me acaban de estafar, ¡qué coraje!”, escribió en sus redes, visiblemente molesta.

“No me duele el dinero, me duele que exista gente mala”, añadió, lamentando que se aprovecharan de su bondad. A raíz de la experiencia, Karely aseguró que en el futuro canalizará sus donaciones únicamente a través de fundaciones e instituciones verificadas para evitar ser engañada nuevamente.