“Así que quería ser una Medusa realmente, realmente fea, muy fea.

Y siento que lo logramos”, declaró.

El disfraz, diseñado en colaboración con el maquillista nominado al Oscar, Mike Marino, y un equipo de más de 35 personas, consistió en un traje de escamas verdes, una cola larga y un tocado con serpientes que se movían.

Además, llevaba colmillos puntiagudos y una lengua animada que completaban el look monstruoso.

Su esposo, Tom Kaulitz, la acompañó disfrazado de un guerrero convertido en piedra, complementando la narrativa del personaje. La fiesta, que este año cumplió 25 ediciones, contó con la presencia de celebridades internacionales y figuras del medio mexicano como la cantante Fey. Una vez más, Heidi Klum demostró su compromiso total con la festividad, invirtiendo tiempo y recursos en creaciones que van más allá de un simple disfraz para convertirse en verdaderas obras de arte prostético y performance.