Decidieron tomarse una selfie sonriente que compartieron en sus historias de Instagram con la leyenda: "Esta foto se la mandamos a nuestras niñas". A pesar de la aclaración inicial, la imagen se viralizó rápidamente, y los seguidores comenzaron a especular sobre un posible regreso.

Ante el revuelo, Geraldine Bazán fue tajante y publicó un mensaje para frenar los rumores: "No hay segundas oportunidades. No hay borrón y cuenta nueva.

Hay una madre y un padre que aman profundamente a sus hijas y que priorizan su bienestar emocional". Por su parte, Gabriel Soto explicó en el programa 'Despierta América' que la foto fue una petición de su hija menor, Miranda, quien le pidió una prueba de que estaba con su mamá en el evento. Curiosamente, en la misma celebración se encontraba Irina Baeva, expareja de Soto y figura central en la polémica de su divorcio con Bazán.