Lejos de amedrentarse, Bosch se levantó y defendió su postura con firmeza: “Usted no me está respetando como mujer.

Todas las delegadas, como mujeres, merecemos respeto”.

Su valiente respuesta provocó que Itsaragrisil ordenara al personal de seguridad que la retirara del recinto, lo que a su vez generó una protesta solidaria: varias concursantes, incluida la Miss Universo reinante, Victoria Kjaer Theilvig, y Miss Irak, Hanin Al Qoreishy, abandonaron la sala junto a la mexicana. Tras el incidente, Bosch declaró a la prensa: “No importa si tienes un gran sueño o una corona, si eso te quita la dignidad, necesitas irte”. Posteriormente, en un video en sus redes, reafirmó su compromiso: “No soy una muñeca para estarla maquillando, peinando y cambiándole la ropa, yo vine aquí a ser una voz para todas las mujeres”. Este acto de dignidad transformó la polémica en un manifiesto de fortaleza, posicionando a Bosch como una de las figuras más relevantes del certamen.